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Girando por la Tierra.

Estoy aquí, como dice el título, en la Tierra. He llegado con el fin de develar los más importantes misterios de este enigma interplanetario.

       Verdaderamente, me desagradan mucho los humanos, pero más allá de todo disgusto, me ha tocado asistir a un acontecimiento que parece ser, no se da muy a menudo, o por lo menos en el sitio en el que estoy yo. Este cronista fue a parar en el medio de una gran masa de humanos, todos largaban grandes cantidades de agua por la piel, era verdaderamente repugnante. La mayoría llevaba pancartas gigantes, que no pude descifrar, ya que está de más decir que no entiendo su dialecto. Todos, absolutamente todos los convocados gritaban más o menos las mismas cosas, y cómo gritaban... Casi me dejan sordo. En un momento me agarró un calor impresionante, y me quise ir, pero la marea de gente me lo impedía ya que, además de coordinarse para gritar, se coordinaban para caminar hacia un mismo lado. Tuve la oportunidad de oír a algunos humanos, no los entendí pero lo grabé y más tarde lo traduje para poder citar algunas de las expresiones utilizadas. Al parecer, por lo que el traductor descifró, se trataba de un evento importante, en el que cualquier persona podía asistir si quería. Se estaba conmemorando algo, con felicidad.    Había multitudes de jóvenes humanoides, demasiados. Hubo un momento, verdaderamente emotivo en el que una persona, al parecer importante, habló hacia la congregación. El silencio colmó el lugar y todos giraron la cabeza hacia el escenario en el que se exponía el discurso. Aplausos.    Cuando finalizó el anuncio, los gritos y la caminata se reanudaron.En un momento vi a lo lejos acercarse una horda de banderas y carteles, era alucinante. Parecía que venían de a grupos, se distinguían unos de otros con colores y cánticos identificativos. Grupos y más grupos, pero cuando hablo de grupo, no me refiero a 10 humanos, sino a una masa de individuos enorme. Parecían contentos de poder estar allí. Hubo un instante, debo admitir, en que fue tanta la emoción y entusiasmo de este cronista que me relajé y me dejé llevar para comenzar a aplaudir y tratar de reproducir los manifiestos de los participantes. Nunca había visto nada igual.    Es un buen ejemplo a seguir, para nuestro planeta, Marte. Es un buen recurso para reclamar, o simplemente festejar, conmemorar. Es una de las pocas cosas rescatables de este ruidoso planeta.    Por ahora estas son las últimas actividades de este periodista aventurero. Próximamente estaré narrándo a estos fieles lectores del periódico mis nuevas incursiones en este alocado planeta.

Girando por la Tierra.

Estoy aquí, como dice el título, en la Tierra. He llegado con el fin de develar los más importantes misterios de este enigma interplanetario.

       Verdaderamente, me desagradan mucho los humanos, pero más allá de todo disgusto, me ha tocado asistir a un acontecimiento que parece ser, no se da muy a menudo, o por lo menos en el sitio en el que estoy yo. Este cronista fue a parar en el medio de una gran masa de humanos, todos largaban grandes cantidades de agua por la piel, era verdaderamente repugnante. La mayoría llevaba pancartas gigantes, que no pude descifrar, ya que está de más decir que no entiendo su dialecto. Todos, absolutamente todos los convocados gritaban más o menos las mismas cosas, y cómo gritaban... Casi me dejan sordo. En un momento me agarró un calor impresionante, y me quise ir, pero la marea de gente me lo impedía ya que, además de coordinarse para gritar, se coordinaban para caminar hacia un mismo lado. Tuve la oportunidad de oír a algunos humanos, no los entendí pero lo grabé y más tarde lo traduje para poder citar algunas de las expresiones utilizadas. Al parecer, por lo que el traductor descifró, se trataba de un evento importante, en el que cualquier persona podía asistir si quería. Se estaba conmemorando algo, con felicidad.    Había multitudes de jóvenes humanoides, demasiados. Hubo un momento, verdaderamente emotivo en el que una persona, al parecer importante, habló hacia la congregación. El silencio colmó el lugar y todos giraron la cabeza hacia el escenario en el que se exponía el discurso. Aplausos.    Cuando finalizó el anuncio, los gritos y la caminata se reanudaron.En un momento vi a lo lejos acercarse una horda de banderas y carteles, era alucinante. Parecía que venían de a grupos, se distinguían unos de otros con colores y cánticos identificativos. Grupos y más grupos, pero cuando hablo de grupo, no me refiero a 10 humanos, sino a una masa de individuos enorme. Parecían contentos de poder estar allí. Hubo un instante, debo admitir, en que fue tanta la emoción y entusiasmo de este cronista que me relajé y me dejé llevar para comenzar a aplaudir y tratar de reproducir los manifiestos de los participantes. Nunca había visto nada igual.    Es un buen ejemplo a seguir, para nuestro planeta, Marte. Es un buen recurso para reclamar, o simplemente festejar, conmemorar. Es una de las pocas cosas rescatables de este ruidoso planeta.    Por ahora estas son las últimas actividades de este periodista aventurero. Próximamente estaré narrándo a estos fieles lectores del periódico mis nuevas incursiones en este alocado planeta.

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