top of page

  REENCUENTRO.

 

Axel: Oh, Greüben ¡Cómo te he extrañado en ese viaje cansador!

Greüben: ¡Amado mío! He pensado en ti cada día desde tu partida…

Axel: No te imaginarás las cosas que he visto, la oscuridad plena, y hoy mi vida por fin volvió a ver la luz…

Greüben: Amor de mi vida, te pido que me abraces y que nunca me sueltes. Cuéntame cómo te ha tratado el viaje, qué has visto…

A: No te imaginarás lo que hemos pasado con mi tío… Cosas increíbles son las que se esconden justo bajo nuestros pies. Cosas maravillosas e imposibles de creer.

G: ¡Qué emocionante! Tienes que saber que si yo no fuese un peso para ustedes los  hubiese acompañado hasta las entrañas mismas de la esfera terrestre…

A: Oh Greüben, tienes que saber que mi vida corrió riesgo en muchas oportunidades, jamás pondría tu vida en peligro. Si no hubiese sido por Hans, nuestro fiel guía que nos acompañó hasta donde Saknussemm mismo llegó.

G: Pero yo sabría que tu cuidarías mi vida y no dejarías que nada malo me pase. ¡Cuéntame más, que quiero saber cada detalle de la aventura!

A: El viaje ha sido exhaustivo, amada mía, desde el primer instante en que mi tío me dijo que debíamos emprender la expedición  estuve seguro que era una decisión equivocada, ya que no solo mis estudios si no que los de toda una comunidad científica dicen que a las profundidades a las que nos sometimos no sobreviviría nadie, pero aquí estoy. Mi tío me ha alentado desde el comienzo para que continuáramos, incluso cuando estuve al borde de la muerte.

G: ¡Han comprobado ustedes mismos que los estudios de los más imponentes científicos son puramente erróneos!

A: Estás en lo cierto, querida mía. En Dinamarca un colega del profesor nos brindó información sumamente útil, y lo más importante desde mi punto de vista un guía increíblemente fiel como te nombré antes, amada, su nombre es Hans. Él salvó mi vida en numerosas ocasiones…

G: ¡Cuéntame Alex! ¿Qué fue lo que hizo que la vida de mi amado jugara con la muerte?

A: Oh, Greüben, en una oportunidad mi tío tomó una decisión equivocada y por ende un camino erróneo que hizo que nos retrasáramos unos días. Para ese entonces el agua había empezado a escasear. El camino que habíamos tomado era un callejón sin salida y volvimos sobre nuestras pisadas. En cuanto tardamos más de lo planeado empezamos a sufrir la deshidratación. Para cuando llegamos al punto de partida yo comencé a desfallecer, pero mi tío en un acto de inusual bondad me brindó el último trago de agua que nos quedaba y con eso pudimos tomar el camino correcto.

G: ¿Qué pasó entonces?

A: Cuando nos fuimos a dormir ya no me quedaban fuerzas, y el nivel de deshidratación era altísimo. En el medio del sueño, Hans escuchó un sonido que recorría por entre las paredes del túnel en el que estábamos y encontró un arroyo subterráneo que nos salvó la vida a todos. Ahora este lleva el nombre de quien lo descubrió.

G: Le debes la vida a ese hombre, Alex, sin él tal vez no estaríamos hablando hoy. Si te pasaba algo, me hubiese muerto, mi amor.

A: Ese hombre nos acompañó hasta el final de la travesía. ¡Ni te imaginas qué cosas hay allí! Hongos del tamaño de 2 personas una arriba de la otra, hasta encontramos restos fósiles. Había un mar, amada Greüben, una esfera de fuego que  mantenía la temperatura justa para que miles de plantas pudiesen subsistir allí. No te puedo explicar la emoción que mi tío y yo tuvimos en ese momento…

G: ¡¿Un mar?! Dios mío Alex, qué impresionante descubrimiento. Me agarran ganas de ir con las cosas que me estás diciendo…  Qué emocionante.

A: Verdaderamente increíble amada mía. También hubo cosas cómo…

Profesor: ¡Bajen inmediatamente a ayudarme a terminar de acomodar y etiquetar las rocas que encontramos! ¡En este preciso momento!

G: Vamos a ayudarlo que si no se va a enfurecer… Seguiremos hablando después, acordate que me tienes que contar todo.

A: Está bien… Sólo una cosa más, Greüben. ¿Te acuerdas que antes de partir te prometí que si volvía sano y salvo nos casariamos de inmediato?

G: Ay alex, ¿cómo me iba a olvidar de eso?

A: Bueno, creo que ya es hora de que nuestro más grande sueño se cumpla…

G: No hay duda de eso, amado mío…

Profesor: ¡QUE BAJEN YA MÍSMO HE DICHO!

G: ¡Vamos!

 

volver al inicio
bottom of page